Los pavimentos de hormigón impreso son ideales y están optimizados para un alto rendimiento en el exterior. Económicos, de rápida ejecución y de una gran resistencia a los impactos y a la abrasión, resultan ideales para rampas de garaje, accesos peatonales o calles de tránsito rodado, entre otros. La mayor ventaja de este tipo de pavimento es la durabilidad del mismo, pero manteniendo la estética que se logra aplicando esmaltes de cualquier color y todo tipo de moldes al hormigón. Así encontramos en el pavimento de hormigón impreso una textura continua, compuesta de colorantes, sílices y cuarzo, entre otras piedras y minerales, lo que le aporta al pavimento una dureza extrema.
Sobre el hormigón fresco, previamente extendido uniformemente por toda la superficie, se aplica un esmalte colorante espolvoreado hasta que todo el hormigón está bien cubierto. Después se le da una capa de espolvoreado de un producto desencofrarte y se le aplican los moldes deseados. Transcurridas entre 24 y 48 horas, se aplican los cortes de dilatación y se procede con el pulido del hormigón. Finalmente, se aplica una capa de líquido curativo para lograr un acabado de calidad.